jueves, 11 de septiembre de 2008

Andando los Andes

Hola amig@s!!

De nuevo estoy solo, aquí con mi ordenador, acordándome de momentos míticos y de lo especial que fue el viaje a Bolivia. Sin duda, el país que más me ha impactado, por las diferencias, frenesí, pobreza, alegría, folklore y... sus paisajes. Esta entrada habla sobre las aventuras que Ka y yo pasamos en las montañas bolivianas. Una tienda de campaña, sacos, comida básica y a tirar millas, ¡¡¡la montaña nos esperaba!!!

Nuestra innovadora ruta, recopilación de dos guías y con mapas muy básicos, fue la siguiente, a grandes rasgos: Palcoma-Chokekota-Camino Takesi-Mina Chojlla.

Palcoma-Chokekota (o como se escriba)

Ésta fue la parte más salvaje de nuestra ruta, empezamos fuerte. Dos días completos de subir, subir, subir por un valle, para luego bajar, bajar, bajar, pero por otro valle. El momento más mítico de esta parte fue el siguiente: en el mapa ponía que teníamos que pasar por tres lagunas importantes. Tras pasar la segunda (4400 msnm más o menos) empezó el problema de la altura, a partir de ahí teníamos que darlo todo. Y lo dimos, pero no dimos con la tercera laguna, la Kasiri. ¿Dónde está? Decidimos subir alto, muy alto para desde allí avistarla, sin éxito. Reventados de todo el día cargar mochila, subir tan alto, ver a las llamas tan campantes y nosotros echando el bozo, decidimos aprovechar las gotitas de energía que nos faltaban para montar la tienda y dormir. Ya en la cama nos planteamos que haríamos a la mañana siguiente un solo intento más, sino había éxito, nos volveríamos.
A la mañana siguiente nos levantamos con ganas. Tras desayunar un poco, dejamos la tienda puesta y nos fuimos de avanzadilla a investigar. Subimos rocas, atravesamos ríos, y siempre que subíamos una colina mirábamos con ilusión, pero nunca se mostraba. Cada vez más cerca de los nevados, de los glaciares, un esfuerzo más...

Llegados a un instante, de esos mágicos, dijo Ka:

- En la guía pone que desde la laguna se puede ver un glaciar, y eso es un glaciar... y eso, eso es... ¡LA LAGUNA!

Nos abrazamos, nos reímos y saltamos. Lo habíamos conseguido. Una masa de agua enorme, imponente, con gaviotas que nos saludaban y los nevados sobre nosotros. Desde allí se podía ver claramente el paso de montaña que nos llevaría hasta el otro valle. Momento inolvidable.



La subida al paso de montaña fue muy dura, hasta los 4920 m, pero allí también tendríamos nuestra recompensa. Junto a los nevamos Illimani y Mururata, en un valle estremecedor, imponente, nos vinieron a saludar los reyes de los cielos andinos, los cóndores, en la que fue la primera vez que contemplé a tan majestuosos voladores.



Camino Takesi

Este camino fue recorrido, muchísimos años antes, por los míticos Tihuanacotas, por los Aymaras y por los Incas. Conecta el árido altiplano con la selvática región de los Yungas (donde se cultiva la coca). En ocasiones bien conservado, y por lo extraño del paisaje, no es difícil imaginar a aquellas personas dejándose el alma en "las autopistas andinas".

El mayor impacto fue el de pasar de la nada al todo. Del amarillo altiplánico al verde intenso, todo en un día. Observad el cambio:





Esa noche dormimos en una especie de paraíso llamado "El rosal de Don Pepe" donde os aconsejo llegar si alguna vez hacéis esta ruta. No lo podíamos creer, comimos calentito y nos lo trajeron a la habitación. Un paraíso con vistas al cielo.

Al día siguiente andar, andar y más andar, hasta el pueblo de Mina Chojlla, donde niños y mujeres manipulaban bandejas para obtener la plata que saliera de lo extraído a las montañas, y donde cientos de niños jugaban a fútbol en un campo enorme.

Aún nos quedaba la última aventura, en bus por las carreteras de la muerte que tiene Bolivia, con varias marchas atrás para llegar al hueco donde caben dos carros, y con hermosísimas vistas por la ventanilla... al abismo!!!

Conclusiones Andinas

Subimos hasta quedarnos sin aliento para saludar a los cóndores, acampamos perdidos de la humanidad, junto a nevados, lagunas, llamas, glaciares..., pasamos en un día del amarillo altiplano al verde yunga, dormimos en casa de aldeanos, nos alojamos en el paraíso, contemplamos parajes inolvidables, nos perdimos, nos encontramos. En definitiva, de lo que se trata todo esto: de VIVIR.

Gracias a la energía de esa amiga incalculable que es Ka. Si alguno de los que leen esto la conoce, disfrutad con ella, que es pura energía, vitalidad y muchas, muchas ganas. Si no la conocéis ¿a qué esperáis?

Lo mínimo es dedicarle esta entrada. Gracias Ka por un viaje tan pleno y emocionante. Las hojas de coca lo dijeron: la suerte está con nosotros, así que ya sabes ¡a comernos el mundo!


FER

1 comentario:

Karolina dijo...

Joer FER!!!PeazoDEpeazoDEentradaAA!!! Solo te falta publicar las fotos jejeje...si mi AMIGO, fue de lo más increible que hemos hecho, cuantas sensaciones, cuantos colores, cuanta vida!! q pasada de 4 dias!! Chavales, con ilusión se consigue todo!!!
FER, GRACIAS A TI, por darme la oportunidad de dibujar juntos este viaje, y vivirlo tan intensamente! Espero q sólo sea el primero del camino suertudo que nos vislumbro la coca jejeje.. TE KIERO AMOL!!!